¿Cómo afecta la desaparición a la familia?

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Nos interesamos ahora por la situación que pueden estar atravesando los otros niños/as o adolescentes del entorno familiar. Quizás alguno de ellos puede ser incluso hermano o hermana del niño/a desaparecido.

Hay que tener muy en cuenta que los niños/as de la familia van a estar también impresionados por los acontecimientos. Es posible que, los niños/as en edades más tempranas puedan estar  preocupados por aspectos como su seguridad, por su familia, por el futuro… Esté pendiente para identificar el riesgo que puede tener su hijo o hija para ser vulnerable ante este suceso.

La reacción de cada niño/a depende de su edad, temperamento y formas de afrontar los  problemas. Existen diferencias individuales ya que algunos niños/as prefieren hablar de estos temas; otros son más reservados y no lo quieren comentar. Hay niños/as que pueden volverse más inquietos y otros que, aunque aparentemente se muestren más adaptados a la situación, puedan presentar dificultades posteriores a la desaparición de su ser querido.

Los familiares del entorno han de intentar mantener una actitud de SERENIDAD frente a los niños/as especialmente. Si los padres no pueden hacerlo en un principio, esta tarea debe asumirla un familiar o persona de confianza.

No teman hablar de la situación traumática con sus hijos (siempre teniendo en cuenta sus edades y sin que esto se convierta en el único tema de conversación con ellos).

Es importante que ellos también puedan expresarse, dar su opinión, decir lo que sienten. Es positivo poder escucharles para poder manejar la situación de la manera más favorable para ellos.

Haga saber a sus hijos que los quiere, ellos necesitan que esté con ellos; ahora más que nunca.

Permita que sus hijos/as puedan buscar a su hermano/a en compañía de un adulto de su entorno, es decir, que sean también miembros activos de la búsqueda, si ellos quieren.

Evite exponer a sus hijos/as a los medios de comunicación (si esta situación tiene lugar), las entrevistas pueden ser traumáticas para ellos. Cuídelos para que se les preserve y respete.

Hágalos sentir igual de importantes que su hijo o hija desaparecido. Necesitan sentirse también queridos y protegidos.

Ayude a sus hijos/as a enfrentar sus propios miedos, a sus angustias.

Si sus hijos/as necesitan ayuda profesional, no lo dude, proporciónesela para que pueda elaborar la situación adecuadamente.

Preste especial atención a los menores que previamente han tenido alguna dificultad anterior a la desaparición.

Es normal que el comportamiento de sus hijos/as cambie; que mojen la cama, que falten al colegio, que manifiesten ira, depresión… son reacciones comunes.

Hable con los profesores de sus hijos/as antes de regresar al colegio para que les ayuden a preparar la vuelta al colegio.

Continúe celebrando los acontecimientos familiares, planeándolo de antemano; sus hijos/as necesitan compartir estos momentos especiales con usted, a sabiendas que esto supone un inicial esfuerzo para usted.

¿Cómo decírselo a mis hijos?

Antes de decirle al niño/a que su hermano/a ha desaparecido pregúntele qué es lo que sabe, lo que le da miedo y lo que piensa.

Intente que la persona que le diga a sus hijos/as que su hermano/a ha desaparecido, sea la persona más cercana emocionalmente al niño/a.

Hable con sus hijos/as desde la sinceridad, no les mienta. Es importante que responda siempre a sus preguntas y que no les aporte más información de la que puedan asumir.

Cuide la manera en cómo expresa sus emociones a sus hijos para evitar dramatizar, aunque si en algún momento llora, no se sienta culpable, es natural.

Transmita a sus hijos que esta situación, con independencia del final que tenga, se puede superar.

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